Justo antes del inicio de la carrera hemos podido disfrutar de una danza tradicional malasiana. Un baile con el que parecía que quisieran invocar a la lluvia. Cosa que se ha conseguido, si es que además de entretener, éste era el objetivo. El cielo se ha ido tiñiendo de negro al compás de los tambores malasianos, y la lluvia solo era cuestión de tiempo...
La incertidumbre de la lluvia
Todos miraban al cielo; sabían que iba a llover, pero la cuestión era acertar cuando. Era el tema de debate, mientras los pilotos empezaban a dar las primeras vueltas al circuito. La salida ha sido espectacular. Ya era hora de que Alonso nos deleitase con una de sus salidas magistrales; de la novena a la tercera posición, avanzando en línea diagonal entre medio de los diversos pilotos que tenía delante. Espectacular. Pero Rosberg también ha contribuido al espectáculo poniéndose primero en un abrir y cerrar de ojos. A él sí que le ha perjudicado la lluvia: a no ser por el gran diluvio, Rosberg tenía serias posibilidades de estar en el podio...
Ya sabíamos que Alonso iba cargado de gasolina hasta los topes, y con una estrategia que pintaba muy bien, sobre todo si la lluvia no aparecía de inmediato. Y así ha sido: las previsiones se retrasaban, y el asturiano ha aguantado estoicamente a todos los pilotos que venían detrás. Era una contínua lucha por la quinta posición: Raikkonen, Webber, Glock, Vettel... no podían con el asturiano, que iba más lento pero que se defendía a golpe de KERS.
Lo que sigo sin entender es la actuación de Ferrari. En Australia las cosas ya fueron mal, pero lo de Sepang no tiene nombre. Ayer ya se despistaron con Massa en la sesión de clasificación. Y hoy con Raikkonen, perdonen, pero ha sido patético. Sí, se veía que estaba a punto de llover, muy a punto, pero se han equivocado por completo poniéndole neumáticos de lluvia intensa antes de que cayera la primera gota. "Mis neumáticos están completamente destrozados", ha dicho ice-man por radio... ¡No me extraña! Con el asfalto seco, ¿que se pensaban? La temperatura era demasiado alta para las gomas, que se han desintegrado rápidamente.
Supongo que han querido arriesgar, pero la jugada les ha salido mal, muy mal. Mientras, los otros equipos seguían con slicks, pero muy pendientes del cielo. Y en un abrir y cerrar de ojos ha empezado a llover, y ha empezado el baile del pit lane. Todos iban entrando a cambiar los neumáticos, intentando no deslizar por la pista, como le ha sucedido a Alonso. Una salida que le ha costado muy cara al asturiano, ya que con el tiempo que ha perdido lo han avanzado demasiados pilotos, y cuando ha llegado a boxes se ha encontrado con su compañero Piquet en boxes. Una pena, porque su carrera pintaba muy pero que muy bien...
Corriendo sobre mojado
Los que han hecho una carrera han sido Webber y Glock, que ha subido al podio por primera vez. El campeón de la GP2 se ha mostrado con muchas ganas y ha llegado a disputarle el liderato a Button. Toda una confirmación de que los Toyota son rápidos, fiables y van a dar mucho de lo que hablar este año. Pero la lluvia, o mejor dicho, el diluvio universal, no ha hecho más que empeorar. Pilotar un monoplaza en estas condiciones se hacía más difícil por momentos. Hasta para el propio Vettel, un gran piloto en mojado, como ya vimos en Monza, pero que se ha salido. De todas formas creo que el alemán va a dar mucha guerra aunque en estas dos primeras citas la suerte no le haya sonreído.
Y obviamente ha salido el safety car. Parecían canoas deslizándose por un lago en vez de una carrera de monoplazas. La visibilidad era escasa, y se estaba haciendo de noche. Continuar no era lógico, estaban bailando bajo la lluvia... esto es "impilotable" ha comunicado Bourdais por radio. Efectivamente, no se podía seguir en estas condiciones, y la dirección de carrera ha decidido detener la carrera. Ha sido extraño ver a los pilotos esperando una decisión de si se iba a reanudar la carrera o no.
Mucha incertidumbre
Una decisión que ha llegado tarde. Les ha costado decidirse... ¡ni más ni menos que 50 minutos! Estaba claro que no se podría seguir. Flavio Briatore lo tenía claro cuando ha respondido a la pregunta de la periodista de TV3 Laia Ferrer de qué iba a pasar: "nos vamos a casa" ha dicho decidido. Los pilotos esperaban una confirmación. Unos en sus coches, preparados, sobre todo los situados en las posiciones de puntos. Y es que como no se había llegado al 75% del gran premio, solo se iban a dar la mitad de puntos. Y por tanto, los pilotos iban a cobrar la mitad. Pero la lógica se ha impuesto a la avaricia, y después de casi una hora se ha decidido poner punto y final. La cara de sorpresa de Button al oirlo por radio ha sido genial. Había conseguido su segunda victoria consecutiva de una forma nada convencional: sentado en su monoplaza detenido en la recta principal...
La decisión de dar la carrera por finalizada no ha sido el mejor final al espectáculo, pero creo que ha sido lo más justo. Si se hubiera reanudado, se hubiera hecho detrás del safety car y las posiciones no hubieran variado. Sí, se hubiera llegado al 75% de carrera disputada, los ocho primeros pilotos habrían cobrado un poco más, pero el gran beneficiado ha sido el espectáculo: el campeonato sigue apretado, muy apretado y muy emocionante.
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