Fórmula1 y GP2 // 2009

Un nuevo año ya ha empezado. Otros 365 dias por delante. Y lo que es más importante, otra temporada de olor a gasolina, de rugir de motores, de carreras apasionantes, adelantamientos espectaculares, maniobras imposibles, de decisiones, de victorias, derrotas, de alegrias y tristezas, de celebraciones con champán, de accidentes que ponen la piel de gallina... en definitiva, otro año donde vibrar al máximo en cada circuito.

La Fórmula 1 y la GP2 ya estan calentando motores. Parece ayer mismo cuando la temporada de Fórmula 1 llegó a su fin en Brasil, con unos últimos metros de infarto. Seguro que todos recordáis al padre de Massa dando saltos en el box de Ferrari pensando que su hijo era el campeón del mundo; y el adelantamiento fugaz de Hamilton a Glock que pasó inadvertido por muchos durante unos primeros instantes, una maniobra que le convierte en el piloto más joven en ganar un mundial, arrebatándole este record a Fernando.

Nadie hubiera ni augurado un final tan apretado como el que vivimos en Brasil, donde todo se decidió en la última curva del circuito de Interlagos. Pero eso solo fue la traca final de una de las temporadas más emocionantes que recuerdo. Aunque antes pudimos disfrutar de muchos momentos que han pasado a formar parte de la historia: el primer podio de Rosberg en la Fórmula1 en Australia, donde ya se vió que lo máximo a lo que podia aspirar Alonso eran los puntos; el dominio de Ferrari en Malasia y en Barcelona, donde consiguió su segundo doblete de la temporada; el estreno del Valencia Street Circuit, donde Alonso no duró ni una vuelta en pista; la espectacular carrera nocturna en Singapur y el recital de conducción de Fernando, que hizo posible lo imposible; Massa llevándose la manguera; la primera victoria de Vettel en Monza...

La misma expectación creó la GP2. Con dos carreras en cada gran premio, una sin paradas en boxes, parrillas invertidas, jóvenes que lo quieren dar todo para dar el salto definitivo a la categoría reina... con estos ingredientes el espectáculo está asegurado. La experiencia al volante de Pantano, que se proclamó campeón en Valencia, no sin dificultades; adelantamientos constantes; un Bruno Senna que fue cada vez a más; una carrera al sprint donde los primeros acabaron últimos al quedarse sin gasolina; la siempre imprevisible lluvia; la agresividad en cada adelantamiento por parte de Grosjean; la mala suerte que acompañó a Andy Soucek durante gran parte de la temporada y que no le permitió brillar todo lo que puede brillar; las ganas de Petrov; las lecciones de conducción de Di Grassi; las ganas de Javi Villa; la forma de Pastor Maldonado de no rendirse nunca...

Pero todo esto ya forma parte del pasado. Ahora tenemos que mirar hacia adelante. Tenemos delante de nosotros otra temporada que seguro que nos depara grandes sorpresas y emociones. Todavía no ha empezado y ya ha habido el adiós de Honda; todos los rumores sobre sus posibles compradores; los entrenamientos a finales de año en Barcelona; las mejoras de los monoplazas; novedades introducidas por Ecclestone en cuánto a la normativa; innovaciones aerodinámicas; el kers; el sistema de medallas... y en la GP2 siguen los fichajes y los bailes de pilotos.

Promete. Y tanto que promete. Se ha hablado mucho de que la crisis económica ha llegado al gran circo de la Fórmula1 y del automovilismo en general. Pero no va a frenar el espectáculo. Puede que algunas cosas se modifiquen, pero nada más. Todo está preparado para más. Y más. Y más. El calendario de carreras de este año ya se conoce. Ya ha empezado la cuenta atrás hasta Australia. 81 días para que los monoplazas empiecen a rodar, y bajando. Cada vez queda menos para que vuelva la emoción, la inquietud, las exhibiciones de conducción, la diversión, la satisfacción de ganar, el desconsuelo de perder, la amargura de no acabar una carrera, pero, sobretodo, ya queda menos para volver a vivir esa sensación indescriptible que siente uno solamente con ver los semáforos pasar de rojo a verde y escuchar el rugir de los motores.