El protagonista de la pesadilla de Jenson Button es alguien muy próximo a él. Alguien que tiene mucha experiencia y es sigiloso en sus pasos. Es alguien que le produce angustia y temor, aunque él mismo lo niegue; es una preocupación grave y continua. Y esta noche volverá a presentarse en sueños al inglés. Después de lo que ha sucedido hoy en la sesión de clasificación de Interlagos, Rubens Barrichello es hoy más que nunca la peor pesadilla de Button.
Jenson no dormirá pensando en lo que puede pasar mañana. Un sudor frío le recorrerá el cuerpo, se retorcerá en su cama. La misma imagen se le aparecerá en su mente: un Rubens eufórico levantando el dedo índice reivindicándose como el número 1; no podrá evitar oir el eco de los gritos de los aficionados brasileños aún retumbando en sus oidos; se imaginará a Rubens celebrando el mundial y se despertará de golpe a cada hora que pase, asustado e inquieto, aunque aliviado de ver que, de momento, solo se trata de un sueño...
La noche se le hará muy larga. Mentalmente, sacará la calculadora y verá que su compañero de equipo se puede colocar a solo 4 puntos si acaba ganando la carrera y él no puntúa. Un motivo más que suficiente para que note un largo escalofrío recorrerle el cuerpo. Button está tan cerca de convertir su sueño de toda la vida en realidad, pero a la vez lo tiene tan lejos... Lo que durante la primera mitad de la temporada parecía un dulce sueño, se ha convertido ahora en la peor de sus pesadillas.
Tratando de tranquilizarse, oirá las gotas de lluvia cayendo delicadamente en su ventana. En Sao Paulo no parará de llover durante toda la noche, y Button no podrá quitarse de la cabeza el agua, la lluvia, que hoy se ha convertido en su peor aliada. No ha podido hacer un buen tiempo cuando más lo necesitaba, y se ha quedado fuera de la Q3. Más que pilotar, lo que ha hecho hoy es navegar entre dos lagos. Y durante la carrera hay un 90% de posibilidades de que vuelva a llover, y el miedo a deslizarse por la pista seguirá presente en la cabeza del inglés.
Agua, nervios, más presión, y un enemigo en casa. Rubens, un enemigo que, al contrario de Button, soñará tranquilo y se convencerá aún más de que aún tiene posibilidades de hacerse con el campeonato. Corre en casa, al lado de los suyos. Está tranquilo, no nota la presión, está feliz, sale de la pole, y tiene a Button muy lejos en la parrilla: es un sueño, una combinación totalmente ganadora.
Jenson Button está viviendo su peor pesadilla. Y lo peor de todo es que no ha hecho más que empezar. Barrichello se acerca cautelosamente por detrás, y después de la carrera lo puede tener pisando los talones. Una pesadilla antes de navegar es lo que está viviendo el inglés, aunque puede que la angustia se alargue unas semanas más. Pero él se lo ha buscado: desde Turquía, no ha vuelto a ganar una carrera... Es una pesadilla que parece escrita por el mismo Tim Burton. Jenson Burton, lo podríamos bautizar. Y es que lo que está viviendo el piloto parece el argumento perfecto para una segunda parte de otra pesadilla antes de navidad o, mejor dicho, antes de navegar.
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